viernes, 1 de junio de 2018

Cuando todo comenzaba

Todo empezó hace exactamente 7 meses, cuando se le ocurrió la idea de que ya no quería ser más pololo, sino que ahora quería ser novio... si así tal cual, sin más ni menos, NOVIO.
Entonces en ese momento se paró el mundo, porque anteriormente hizo la típica broma para ver mi reacción, comenzó hablando de algo nada que ver para terminar pidiendome matrimonio... ¿y yo cómo podía decir que no a alguien que me hacía tan feliz?. Aunque para ser sincera, en un comienzo para mi no era tan serio, la verdad es que pintaba para matrimonio de aquí a dos meses, aunque con los cálculos nos dimos cuenta que no era suficiente para organizar pedazo de evento, porque eso era lo que queríamos un evento a lo príncipe y princesa, porque estaba claro que no queríamos algo pequeño, tampoco queríamos una ceremonia sino que queríamos las dos y una seguida de la otra... La verdad es que al princípio no pensamos que sería tan complicado, empezaron a pasar los días y lo veíamos tan lejano, que no nos dimos ni cuenta cuando ya era enero... y por lo que leía en la app matrichile, era normal tener peleas entre la organización y planificación del evento, para mala suerte llegó nuestro momento de pelear, donde voló anillo, palabras, lágrimas y celulares, porque es que resulta que se dejó todo para el último día y todos los detalles restantes los iba a ver él, entonces me entro mi ego feminista y le dije que si lo iba a decidir todo él solo, entonces que se quedara con su matrimonio para uno y que se olvidara de que la boda iba a ser de los dos, que quizás había sido todo muy rápido y que quizás sería mejor no casarnos. Fatal error, porque no puedes decir eso cuando quedan dos meses, por muy enojada que estés. Esque ya, si igual entiendo que a veces los hombres se van al chancho y que quieren tener el control de todo, sobre todo si tienen su lado de "organizador de eventos" más desarrollado que el tuyo, porque a decir verdad yo con suerte sé poner la mesa y combinar mi ropa con mis zapatos... pero de eventos, de matrimonios, de mi matrimonio... ni cuchara ni cuchillo.
Sin embargo, a pesar de los pequeños percances que tuvimos donde estuve a punto de mandar todo a la conchesumaquina... logramos sacar todo adelante, entre partes, cabinas fotográficas que nos cancelaron 3 días antes del evento (súper profesionales), animadores, bailes entretenidos, djs, iluminación, decoración, manicura, peluquería, peluquería, peluquería (porque a la princesa se le ocurrió tinturarse el cabello fuxia 1 mes antes del matrimonio y no quería salir), pruebas de maquillaje, citas con el fotógrafo, banqueteria, pastelería, etc, etc. Yo seguía queriéndolo y lo quería aún más cada vez que veía todo lo que estábamos logrando, cada vez que soportaba mi irritabilidad y mis ataques de psicopedaloca histérica...

Y dió lo mismo todo, lo bueno y lo malo, que la gente se metiera, que opinaran, que porqué así, porqué no de esta forma, que el civil, que tiene que ir toda la familia, que yo no quiero que vaya toda la familia porque para eso es la ceremonia religiosa con baile y trago hasta que queden tirados en medio de la pista de baile... ahora adivinen, ¿quién fue la/el que quedó tirad@ en medio de la pista de baile?


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